Hacia nuestro cálido mundo subterráneo
Cada invierno, en tierras levantinas, nos esperan unas
cuevas cálidas y acogedoras que encierran grandes tesoros en forma de salas
caprichosamente concrecionadas.
Juegan con nosotros a encontrar el camino ¡no nos lo ponen fácil!... Guardan con recelo su secreto, arropándolo y protegiéndolo de los intrusos y del inhóspito mundo de la superficie...
Queremos dedicar estas líneas a esas simas y cuevas alicantinas y valencianas, uno de nuestros destinos preferidos cuando llega el invierno, que nos acogen con todo su esplendor, haciéndonos sentir cálidos, como en casa, y poniendo difícil el retorno al mundo exterior.